Sobrecarga de trabajo, modalidad de acoso laboral más frecuente, según estudio de la U. de La Sabana
El 20% de los casos analizados corresponde a esta situación, que les produce a los trabajadores pesadillas e insomnio. Según el estudio, 10 de cada 100 personas son víctimas de acoso en su trabajo.
La razón de la sobrecarga es la búsqueda de más productividad por parte de las empresas, según el estudio. Pero esa búsqueda no va de la mano de una organización eficiente del trabajo.
Vacío legal
A pesar de que imponer trabajo en exceso es la modalidad más común de acoso, no está en la lista que trae la ley sobre el tema, en vigencia desde el año pasado. Así lo advierte María Claudia Peralta, investigadora principal de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana.
Peralta explica que, a diferencia de otros países, la ley colombiana no contempla el acoso laboral proveniente de prácticas o políticas de la organización como la sobrecarga, cambios en turnos y publicar logros y no logros de los trabajadores, hechos que afectan el desempeño y la autoestima de los mismos.
La ley nacional se limita a calificar como acoso formas de interacción atípica entre personas (con los compañeros o con el jefe), como el maltrato, la persecución, la discriminación, el entorpecimiento, la inequidad y la desprotección.
En el caso del trabajo excesivo, la ineficiente organización del trabajo y la presión que sufren los empleados se encuentran asociadas a cambios en las relaciones laborales y a mayores exigencias en en busca de niveles superiores de productividad. Cambios que están afectando negativamente a los empleados y que generan estos riesgos psicosociales que comprometen la calidad de vida.
De otra parte, se encontró que los más acosados son los jóvenes, por su edad y falta de experiencia. Sin embargo, las personas mayores de 35 años son las más susceptibles, pues sienten que pueden ser despedidas con mayor facilidad.
Teniendo en cuenta las conclusiones de sus pesquisas, los psicólogos de La Sabana aconsejan que para frenar el acoso laboral es necesario que las compañías revisen sus modelos gerenciales, de liderazgo, de planeación y de distribución de labores.
Peralta explica que en cuanto a la recarga de trabajo las diferentes organizaciones deben replantear el rediseño de los puestos de trabajo para generar mayor autonomía y que las personas se sientan más identificadas. Adicionalmente deben programar tareas variadas, manejando una adecuada planeación de la organización y del trabajo por realizar, con el fin de no desgastar al trabajador en cosas que no son prioritarias.
El estudio se hizo en dos países
"Las compañías que sufren procesos de compra o de reestructuración deben formar líderes que manejen los conflictos con la comunicación. De igual manera, los jefes de área no deben considerar al empleado solamente como alguien productivo, sino como una persona que tiene necesidades", enfatiza Peralta.
La investigación se realizó en Tarragona (España) y Bogotá, mediante una encuesta a 418 trabajadores de diferentes empresas. En la ciudad española, el 11,6 por ciento de los encuestados manifestó haber soportado algún tipo de acoso laboral en los últimos seis meses. En la capital colombiana lo hizo el 10,4 por ciento.
Según los investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana, en países como Colombia el acoso laboral tiene mucho que ver con la cultura machista.
Esta hace que los conflictos no se solucionen de manera creativa, que no haya una colaboración estrecha entre los compañeros de trabajo y que exista una tendencia al autoritarismo, que impide la denuncia de esta clase de abusos.
Presión que lleva hasta el suicidio
Juan Carlos Forero, ingeniero de una multinacional, se suicidó hace unos meses tras sufrir durante tres años una de las modalidades de acoso laboral más reportadas: exceso de trabajo, amén de amenazas veladas, negación de vacaciones ya programadas y tareas sin sentido.
Algunos de los comentarios que recibía Forero de sus jefes eran: "Si quiere irse de vacaciones, váyase, pero no sabemos qué pasará cuando regrese"; "Si no se queda a trabajar hasta tarde, quién sabe qué pase mañana". Además, le decían que hiciera ciertos informes que jamás eran vistos ni utilizados.
El caso de Forero no es único. De hecho, el 2 por ciento de los trabajadores que se sienten acosados ha intentado suicidarse, de acuerdo con un estudio de la Universidad de la Sabana.
LILIANA OLARTE ÁVILA
La razón de la sobrecarga es la búsqueda de más productividad por parte de las empresas, según el estudio. Pero esa búsqueda no va de la mano de una organización eficiente del trabajo.
Vacío legal
A pesar de que imponer trabajo en exceso es la modalidad más común de acoso, no está en la lista que trae la ley sobre el tema, en vigencia desde el año pasado. Así lo advierte María Claudia Peralta, investigadora principal de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana.
Peralta explica que, a diferencia de otros países, la ley colombiana no contempla el acoso laboral proveniente de prácticas o políticas de la organización como la sobrecarga, cambios en turnos y publicar logros y no logros de los trabajadores, hechos que afectan el desempeño y la autoestima de los mismos.
La ley nacional se limita a calificar como acoso formas de interacción atípica entre personas (con los compañeros o con el jefe), como el maltrato, la persecución, la discriminación, el entorpecimiento, la inequidad y la desprotección.
En el caso del trabajo excesivo, la ineficiente organización del trabajo y la presión que sufren los empleados se encuentran asociadas a cambios en las relaciones laborales y a mayores exigencias en en busca de niveles superiores de productividad. Cambios que están afectando negativamente a los empleados y que generan estos riesgos psicosociales que comprometen la calidad de vida.
De otra parte, se encontró que los más acosados son los jóvenes, por su edad y falta de experiencia. Sin embargo, las personas mayores de 35 años son las más susceptibles, pues sienten que pueden ser despedidas con mayor facilidad.
Teniendo en cuenta las conclusiones de sus pesquisas, los psicólogos de La Sabana aconsejan que para frenar el acoso laboral es necesario que las compañías revisen sus modelos gerenciales, de liderazgo, de planeación y de distribución de labores.
Peralta explica que en cuanto a la recarga de trabajo las diferentes organizaciones deben replantear el rediseño de los puestos de trabajo para generar mayor autonomía y que las personas se sientan más identificadas. Adicionalmente deben programar tareas variadas, manejando una adecuada planeación de la organización y del trabajo por realizar, con el fin de no desgastar al trabajador en cosas que no son prioritarias.
El estudio se hizo en dos países
"Las compañías que sufren procesos de compra o de reestructuración deben formar líderes que manejen los conflictos con la comunicación. De igual manera, los jefes de área no deben considerar al empleado solamente como alguien productivo, sino como una persona que tiene necesidades", enfatiza Peralta.
La investigación se realizó en Tarragona (España) y Bogotá, mediante una encuesta a 418 trabajadores de diferentes empresas. En la ciudad española, el 11,6 por ciento de los encuestados manifestó haber soportado algún tipo de acoso laboral en los últimos seis meses. En la capital colombiana lo hizo el 10,4 por ciento.
Según los investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana, en países como Colombia el acoso laboral tiene mucho que ver con la cultura machista.
Esta hace que los conflictos no se solucionen de manera creativa, que no haya una colaboración estrecha entre los compañeros de trabajo y que exista una tendencia al autoritarismo, que impide la denuncia de esta clase de abusos.
Presión que lleva hasta el suicidio
Juan Carlos Forero, ingeniero de una multinacional, se suicidó hace unos meses tras sufrir durante tres años una de las modalidades de acoso laboral más reportadas: exceso de trabajo, amén de amenazas veladas, negación de vacaciones ya programadas y tareas sin sentido.
Algunos de los comentarios que recibía Forero de sus jefes eran: "Si quiere irse de vacaciones, váyase, pero no sabemos qué pasará cuando regrese"; "Si no se queda a trabajar hasta tarde, quién sabe qué pase mañana". Además, le decían que hiciera ciertos informes que jamás eran vistos ni utilizados.
El caso de Forero no es único. De hecho, el 2 por ciento de los trabajadores que se sienten acosados ha intentado suicidarse, de acuerdo con un estudio de la Universidad de la Sabana.
LILIANA OLARTE ÁVILA
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